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Conectando Propósito organizacional y personal, un viaje de doble vía

12 de abril de 2024
#Propósito y estrategia #Contenidos #Cultura organizacional
Conectando Propósito organizacional y personal, un viaje de doble vía

Muchas organizaciones han avanzado en definir un Propósito Organizacional que supere la lógica tradicional de que una empresa sirve exclusivamente para generar rentabilidad a sus accionistas. Algunas han ido un paso más allá, interpretando el Propósito como un articulador de su estrategia y cultura organizacional, fomentando un tipo de interacción particular no sólo con sus clientes, colaboradores y socios, sino también con las comunidades donde operan o los ciudadanos con los que interactúan habitualmente.

Estos son cambios relevantes en la manera de concebir una organización, pero a fin de cuentas, resultan ser sólo el inicio del desafío. Luego de definir, es necesario activar el Propósito al interior de la organización, lo que -además de un importante esfuerzo comercial y de marketing- requiere un cambio de mindset en las personas y equipos que forman parte de ella. 

No es suficiente decir -como señala el Propósito de Google- que “existimos para organizar la información del mundo y hacerla accesible para todos”, si los equipos de trabajo no se esfuerzan por disponibilizar a través de todos los medios que tienen disponibles. No es posible cumplir con el Propósito de Nike de “Llevar la inspiración y la innovación a todos los atletas del mundo”, si sus personas no dan la milla extra para servir a sus clientes con agilidad en cada una de sus tiendas. 

¿Cómo trabajar la activación del Propósito Organizacional en las personas y equipos? ¿Cómo hacerse cargo de que la promesa definida en el Propósito se cumpla día a día en la interacción con los clientes y las demás audiencias de interés?

Algunas organizaciones enfrentan este desafío de desarrollo y conexión de forma poco efectiva. Intentan “imponer” una cierta visión (usualmente usando la palabra “alinear” o “bajar” la información), cuando no es posible obligar a las personas a ser amables o dar esa milla extra. Intentan partir por los operarios, cuando muchas veces se requieren acuerdos de alto nivel para avanzar con certeza de que no se dará pie atrás unas semanas después. O, peor aún, intentan formar a todos los trabajadores con scripts estandarizados para sonreír o ser amables, cuando sabemos que no se trata de máquinas sino de seres que piensan y sienten. 

Una aproximación alternativa al desafío es la siguiente: partir iniciando el cambio desde las personas, en particular desde los líderes, pero con todo el compromiso de la organización. ¿Qué cambio? El de conectar a las personas con su Propósito, conectar con el para qué hacen lo que hacen, para que sean dueños de su Propósito Personal y que logren activar el Mindset de Propósito al encontrar una conexión significativa entre el Propósito de la Organización y el suyo. Se trata de salir de la lógica transaccional de trabajar a cambio de un sueldo, y entrar en la lógica de trabajar porque contribuye a mi realización personal, porque lo que hago va en línea con mi Propósito. A fin de cuentas, se trata de partir por empoderar a las personas para liderar su propia vida, para luego liderar personas, equipos y organizaciones. 

Avanzar en entender el Propósito Personal de los colaboradores y cómo activarlo en el trabajo puede ayudar a las personas a querer dar esa milla extra, disponibilizar la información necesaria y atender a ese cliente difícil, porque toman conciencia de que sentirse realizados en el trabajo es muy importante para lograr sentirse realizados en su vida también. De hecho, un estudio realizado por Aaron Hurst, Purpose Economist de Almabrands, demostró que las personas que conocen su Propósito tienen 3 veces más posibilidades de sentirse realizadas, motivadas y productivas en sus espacios de trabajo, en comparación con las personas que no lo conocen. (Workforce Purpose Index, Imperative, 2019) Finalmente, pasamos demasiado tiempo en el trabajo como para que éste sea simplemente un cúmulo de horas a cambio de un sueldo.

Activar no es alinear: el desafío es la movilización

Si lo que queremos es activar realmente el Propósito de una organización, el desafío no pasa por alinear a las personas, sino más bien por movilizarlas a tomar conciencia de su Propósito Personal y desde ahí conectarlo con el de la Organización. Lo que cambia no es (sólo) la organización, lo que cambia es la mentalidad y el comportamiento diario de las personas que forman parte de ella en el día a día, y desde ahí su vínculo, compromiso, impacto y sobre todo, sentido de realización. 

Autor: Cristián Irarrazaval – Gerente de Formación y Transformación cultural

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